La del muerto. Un hombre quiso como sea confesarse y no podía esperar, debía ser en ese momento,
llamaron a un sacerdote para que lo escuche y así fue, pero luego de esto, el cura no volvió a ser el mismo, mil veces le preguntaron que ocurría hasta que una vez se animó a decir que el hombre no era más que un muerto que venía desde el más allá para confesarse de sus pecados en vida y no cargarlos por toda la eternidad, el problema es que los mismos parecían ser muy profundos y ahora están por siempre en la mente del sacerdote, pero nadie nunca se enterará lo que el hombre le contó.