El sacerdote de dicha iglesia mandó a que el campanario se cierre para siempre y nunca más se volvió a abrir. Si pasas a la hora de las misas por diferentes conventos, te darás cuenta que uno de ellos no hace sonar sus campanas como los demás. Ese mismo es el dueño de la leyenda que ocurrió de verdad y que te contaremos a continuación.
La leyenda es la de un padre que llegó al convento donde se rumoreaban muchas cosas sobre su campanario maldito. Se decía de un maligno hombre totalmente negro o de fantasmas que aparecían. Claramente el padre era un hombre de Dios que no creía en todo lo que se hablaba. Sin embargo, nadie quería quedarse allí por las noches y este hombre no tenía problema de hacerlo. Llegaban pronto algunos obispos y Cardenales que pasarían una cena agradable en las instalaciones, luego se ubicarían en las habitaciones que les habían sido consignadas. El tema es que llegó uno de forma inesperada y el padre le terminó dando su habitación. La consecuencia fue que llevó sus ropas de dormir al campanario para pasar allí la noche.
No pasó mucho tiempo hasta que los gritos aterradores se sintieron en todo el convento. Algo muy extraño había visto este padre, sus ojos estaban totalmente desorbitados y su cabello se había puesto blanco del susto. Llegó junto con los demás clérigos para poder contar lo ocurrido, pero las palabras no le salían, lo único que alcanzaba a decir es que cierren para siempre el campanario, algo diabólico se encontraba allí. El sitio fue cerrado y luego de su muerte nadie se animó a abrirlo nuevamente, así como nadie supo jamás que fue lo que vio.