Cuenta la leyenda que en la ciudad de Mórelos se solía escuchar por las noches los pasos de un caballo, sin embargo nadie nunca lograba ver a esa caballo ya que cuando salían a ver ya se escuchaba a lo lejos.
Una noche, Don Refugio decidió esperar fuera de su casa hasta que pasara el caballo, su esposo también se unió a él. Después de unas horas se comenzó a escuchar el caballo, al acercarse más lograron ver que un jinete lo cabalgaba, pero el jinete no tenía cabeza, llenes de miedo intentaron correr pero sus pies no respondían y mientras el caballo y su jinete se acercaban más. De pronto la cruz que Don Refugio llevaba consigo comenzó a brillar, esto hizo que el caballo retrocediera y diera la vuelta, desde ese entonces Don Refugio nunca se quitó su cruz.