En el año 1950 una joven llamada Guadalupe Leyva Flores alias “Lupita” estaba por
casarse, tenía por aquel entonces 20 años y su novio llamado Jesús una edad similar. Resulta que Lupita tenía un amigo desde la infancia llamado Ernesto, el cual estaba enamorado de ella sin decírselo. Un día Lupita le cuenta a su amigo Ernesto sus intenciones de casarse con Jesús, ante la noticia Ernesto reaccionó enojado, diciendo que no podía ocurrir debido a que el también la amaba, ella lo consoló diciéndole que él era como un hermano para ella y que aceptara su decisión determinante de casarse. Llegó el día de la boda y los novios llegaron felices a las puertas de la catedral de Culiacán, pero al verlos tan felices y enamorados Ernesto enloqueció, sacó un arma y disparo contra el novio. Lupita, desde aquel tragico dia donde su futuro novio fallecio no se quito su vestido de novia, cada domingo desde aquel fatídico día viaja a la catedral, con la esperanza de que Dios le devuelva a su novio perdido. Finalmente Lupita murió por la década de 1980, dejando en su pueblo un vacio, una historia triste y una nostalgia latente.