La leyenda de la quemada

Es sin duda una de las mejores leyendas de México que mi padre una vez me conto, al principio me dio pena pero ahora siento

algo de impotencia porque no podía hacer nada para evitar aquella situación. Todo comienza cuando una niña se encontraba jugando con sus nuevos juguetes en la ciudad de Tijuana.

Era una niña muy alegre y muy divertida. Ella no tenía hermanos pero si tenía muchos amigos con los cuales pasaba la mayor parte de su tiempo jugando con ellos a cualquier tipo de juego que se les ocurriese. Sus padres trabajaban por lo que casi siempre la dejan a cuidado de una niñera de confianza, y digo de confianza porque es la hermana de la madre, por lo tanto es la tía de la niña. La joven tía amaba a su sobrina y siempre la consentía con cada antojo que la niña tenía. Una vez la niña quería comprarse un pudin a altas horas de la noche, pero su tía salió en buscarlo y no encontró nada. Así que se decidió a preparar el propio pudin y dárselo a la niña.

Cierto día a la niña se le antoja pedirle a su tía que quería comer palomitas de maíz, así que la tía fue a la atienda a comprarlas y las puso en una olla a que se preparan. Mientras la olla permaneció prendida la niña le pidió que quería un helado, así que la tía fue a la tienda a comprarle el helado entonces, cuando se fue la olla que estaba prendida se comenzó a quemar y al no haber ningún adulto presente la niña no supo que hacer, hasta que el fuello llego al balón de gas y exploto en el cuarto quemando todo su paso sin dejar ningún rastro.

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