Había un pueblo muy hermoso que estaba siendo asechado constantemente por enemigos, pero los residentes del pueblo no podían defenderse porque los sabios ladrones entraban cuando era de noche y antes no era como ahora que hay una enorme luna para verlo todo,
Bamako era una hermosa mujer que tenía miedo con lo que estaba pasando y que haría cualquier cosa con tal de ayudar a su gente de estos enemigos tan peligrosos y malos que atacaban siempre. Un día se encontró junto a un arroyo y se le apareció un Dios para hablar con ella. El Dios le dijo que había algo que podía hacer para ayudar a la gente que tanto ama, pero para eso se tenía que entregar en sacrificio. Lo que sucedía es que el hijo del Dios estaba completamente enamorado de ella y al tirarse en el río, él se levantaría desde las profundidades para salvarla y llevarla hasta el cielo, en donde vivirían juntos por siempre iluminando al mundo con su luz.
El día siguiente, Bamako se tiró en el río que el Dios le dijo, confiando ciegamente apareció el hijo del Dios, quien con mucho cuidado tomó a la joven y la llevó hasta el cielo. Actualmente podemos ver la luz de la luna y apreciar el gran acto de amor que esta chica hizo por la gente que tanto ama. Desde entonces, las personas cada vez que entraban enemigos en la aldea los veían y los atacaban sin dejarlos escapar, en poco tiempo fueron desapareciendo los maleantes y todos los lugares se volvieron seguros en la noche, tanto como en el día. Actualmente, las personas a veces le mandan un beso a la luna por el gran sacrificio que hizo por la humanidad.