Sucedió antes todavía de que Buda llegara a la tierra en el templo de Lao-Tsun que se encontraba allí la diosa Tsun-Kyanksé, la misma tenía la tarea en la tierra de dedicarles a los monjes un animal sagrado para
El monje más fuerte de todos era Mun-Ha y tenía consigo a uno de los gatos que era el propio, su nombre era Sinh, lo amaba con locura y siempre cuidaba de él, el mismo le era fiel hasta las últimas consecuencias, tenía los ojos dorados, era totalmente blanco, pero sus patas eran oscuras al igual que sus orejas, esto era debido a la impureza de la tierra.
Mun-Ha fue asesinado en su trono de oro cuando entraban enemigos que querían acabar con todo, pero fue solamente gracias a que Sinh se paró en su cabeza y miró a la Diosa con ojos de esperanza que ella puso los ojos del gato color zafiro, pintó sus patas de blanco y el dorado de sus ojos fue a la capa, teniendo de este modo poder de un Dios, así fue que pudo darle fuerza a todos los monjes para terminar con sus enemigos y ganar la batalla, su gente quedó en paz, pero luego de tal acto perdió la vida sobre su dueño quedando una totalidad de 99 gatos, dicen que cada gato sin vida corresponde a un monje menos.